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Excursio...
¿Por dónde comenzar a describir esta temporada? ¿Por las incorporaciones? ¿Por los primeros partidos? ¿Por las dificultades institucionales? Por supuesto que no. El ascenso a Primera B logrado al cabo de este campeonato, acarrea un valor tan significativo, que sólo cabe hacer alusión al acontecimiento en el comienzo de este segmento.
Desde el descenso de 1972, Excursionistas luchaba por el regreso de la B. Con muy pocas excepciones, hasta el final de cada campeonato, su nombre estaba en la lista de los candidatos a abandonar la C. Pero no había sido posible. La temporada 1993/94 ofrecía la sensación de que tampoco sería feliz para el Verde, que había atravesado un muy buen momento en el Clausura -peleó la punta en las primera fechas-, pero terminó desdibujado y clasificándose al octogonal en el antepenúltimo lugar (el octavo en la tabla general).
En cuartos de final del Reducido venció a Tristán Suárez como local, 1 a 0 en All Boys (gol de Szeszurak). De Tristán Suárez se trajo un heroico empate en uno, con otro gol del Búfalo. Debió luego presentarse en Temperley, ante un equipo que era seguido por una excepcional cantidad de gente, fenómeno que lo erigía como uno de los grandes aspirantes al ascenso. Y si lo de la semana pasada había sido heroico, ¿cómo calificar el 3-1 que el Verde obtuvo en el Alfredo Beranger? Con goles de Vitale, Sáenz y Gorsd, de penal, prácticamente se aseguró el pasaje a la final. En la revancha, otra vez en All Boys, se estaba imponiendo al Celeste 1 a 0 -tanto de Martín- y el árbitro Fuenterrabia decretó su suspensión a los '81, por mal comportamiento del público visitante.
Sólo quedaba un obstáculo, y era Liniers, uno de los clubes más humildes de la categoría, el único de los clasificados que, en la tabla general del torneo quedó por debajo de Excursionistas. De modo que con dos empates, el Verde estaría en la B. ¿Cómo no ilusionarse? Y, efectivamente, dos empates por idéntico resultado (1 a 1) quebraron más de dos décadas de frustraciones.
El domingo 3 de julio de 1994, en Villa Constructora, Vitale inauguró el marcador, pero el conjunto dirigido por Carlos Arias igualó a través de un penal convertido por Juan Primerano. El domingo 10 de julio Excursionistas volvió a Pampa y Miñones, con la misión de, al menos, no perder para asegurar su vuelta olímpica. En el segundo tiempo un cabezazo de Germán Gorsd -un símbolo albiverde- lo colocó en ventaja. Minutos después llegó el empate de Juan Primerano y el padecimiento de la multitud que llenó el sector local. Finalmente, el pitazo de Daniel Vázquez desencadenó el frenético festejo, contenido a lo largo de tantos años.
El plantel que Excursio presentó esta temporada ya no contó con Horvath (volvió a Almagro), Caligiuri, Contreras, Cuitiño, Hernán Fernández, Roberto Fernández, Giacone, Silva y Tévez, por citar los que más habían actuado en 1992/93. Asimismo, tuvo a estos refuerzos: Jorge Dopazo (Talleres); Marcos Leiva (Almagro); Cristian Martín (Juventud Unida); Gustavo Pérez (Colegiales); Carlos Rodríguez (Arsenal, volvió a Excursio, donde había estado dos temporadas atrás); y los arqueros Hernán Giménez (Lugano) y Fabián Frías (Colegiales). Además, el Verde incorporó a Ángel Ronci -hermano mellizo de Miguel-, que estaba en el final de su carrera y había tenido una destacada trayectoria en Defensores, pero Ángel sólo jugó tres partidos, al promediar el Apertura.
En relación a los entrenadores, Pablo Centrone se alejó luego de la octava fecha, en medio de una irregular campaña y una permanencia de dos años y ocho meses en el club. Lo suplantó el "Nene" Gómez pero el histórico técnico de la década del Ochenta, únicamente estuvo un partido en el banco, alejándose por razones que no quiso hacer públicas. El preparador físico Zappia dirigió durante otros dos partidos, y en la decimosegunda fecha asumió Darío Espósito, quien venía trabajando en la tercera división.
En el aspecto institucional, Excursionistas no la tuvo fácil, ya que afrontó sendos pedidos de quiebra de dos ex jugadores, Savoy (jugó en 1984) y Lerose (sólo un partido en 1986). Como consecuencia del último conflicto, en el verano del '94 la Justicia clausuró la sede, situación que se mantuvo por varios días y se solucionó cuando una comisión de apoyo recaudó fondos con los cuales se levantó la quiebra. El juicio, era por cuarenta mil dólares. A esto se sumaron dificultades económicas que generaron demoras en los pagos de los viáticos en el transcurso del torneo.
Junto con el equipo de Espósito, subió Defensores Unidos de Zárate, que ganó el Apertura y en la gran final, venció a San Telmo, el ganador del Clausura.
Y yo...
A fines de 1992, egresé de la Escuela de Periodismo Deportivo. Gracias a Esto es El Ascenso continué en contacto con varios compañeros con los que compartimos las aulas del Círculo. Mi labor en la revista y mis colaboraciones en el semanario Racing, fueron mi única actividad en la primera parte de 1993.
A decir verdad, no estaba haciendo un gran sacrificio. Ya tenía claro que me dedicaría de lleno al periodismo. Tanto producir como realizar las notas, sobre todo en la revista de la que era fundador, me entusiasmaba. Tenía la ventaja de que mi papá me daba libertad para abocarme a mis actividades preferidas, y como dinero nunca faltó en mi casa -tampoco sobró- continué desarrollando exclusivamente mi pasión por el fútbol y el periodismo, a pesar de que mis ingresos no eran para nada sustanciosos. Allá por septiembre de 1993, no obstante, decidí aceptar su ofrecimiento de atender el kiosco de golosinas que en sociedad con mi tío Andy, mi papá tenía en el barrio de Belgrano.
Más allá del periodismo, había trabajado muy poco en mi vida. Mi "empleo" más largo lo tuve a los 16 años en el puesto de diarios de Elcano y Crámer, en el que solía comprar la Sólo Fútbol a la salida del colegio secundario. En cierta ocasión, ante mi consulta, Javier Fernández, el dueño del kiosco -hincha de Vélez y vecino de Liniers-, me propuso cubrir un lugar vacante como repartidor, en unas vacaciones de verano. No sé si habrán sido más de dos semanas, pero la experiencia de ir de a pie entregando periódicos con la oscuridad y el silencio de la madrugada como testigos, fue tan alucinante como cansadora. Levantarse a las cinco de la mañana no es para cualquiera, y menos, sin urgencias económicas de por medio.
Pero este nuevo trabajo en el negocio familiar realmente lo disfruté. Fui kiosquero durante casi cinco años, en un horario que iba desde la una hasta las cinco de la tarde. Después, pasaba por mi casa y muy a menudo, continuaba mi jornada en la AFA, ya que en el edificio de la calle Viamonte se desarrollaban las reuniones de los dirigentes del ascenso, con este detalle: los lunes, la Primera B; martes, B Nacional; miércoles, Primera D; y viernes, Primera C.
Esta temporada asistí a la gran mayoría de los partidos disputados por el Verde durante la fase regular y a todos los del octogonal. El empate consagratorio frente a Liniers, lo viví desde dos lugares distintos: parte en la tribuna de José Hernández y parte en el sector destinado a la prensa, pero no dentro de las cabinas -que estaban repletas de gente- sino en un espacio que se improvisó encima de ellas. O sea, en lo más alto del estadio. Ese domingo 10 de julio Radio Colonia transmitió el cotejo, con relatos de Jorge Otaola. Estaba en plana disputa, además, el Mundial de Estados Unidos, del cual la Argentina había sido eliminada por Rumania siete días atrás. Pero claro, considerando esta situación, ¿a qué simpatizante albiverde le importaba el Mundial?.
Un dato de color
-De los 44 partidos del torneo (38 del certamen regular y los restantes del octogonal), Dopazo fue el de más presencias, con 41, seguido por Gorsd y Martín, con 39. ¿Los que menos jugaron? Nicolás Acuña, Pablo Boyagian y Diego Carrizo: un partido.
-Szezurak, con diez gritos, se erigió como el máximo goleador, escoltado por Maidana, con nueve.
-En relación a Maidana, fue el jugador más expulsado: tres rojas, seguido por Vitale, Gustavo Pérez y Bruno Medina, con dos.
-Una curiosidad: Germán Gorsd y Leonardo Lozano, coincidieron en este plantel, pero además tuvieron otra cosa en común. Sus respectivos padres, Antonio y Ángel, fueron presidentes del club.
-Otros dos compañeros, Szeszurak y Frías, también tendrían algo en común años después: haber sido técnicos de Excursionistas. La casualidad hizo que justamente el Búfalo fuera el sucesor del ex arquero (tras un interinato de una fecha de Vilas Boas), en mayo de 2015.
-El defensor Luciano Valentino, habiendo debutado el torneo pasado, terminó como titular en 1993/94. El dato de color, tiene que ver con que su padre Juan Carlos, realizó una larga carrera como profesional, sobre todo en Argentinos Júniors, donde recaló tras haber surgido de River Plate.
-Hubo dos futbolistas de este plantel que actuaron en Primera A: Marcos Leiva (Racing) y Ángel Ronci (Estudiantes). Ambos se marcharon antes de la finalización del torneo.
Y una anécdota personal
Del 3 al 11 de febrero de 1993 se disputó en Paraguay un torneo que fue promocionado como el "primer sudamericano de selecciones de ascenso, Copa Nicolás Leoz". La Argentina presentó un combinado de jugadores de Primera C, dirigido por Jorge Maldonado, ex jugador de Independiente en la década del 60, y luego entrenador de varios clubes de nuestro ascenso. De Excursionistas fueron convocados "Ventanita" Gorsd, "Pechito" Sáenz y el arquero Hernán "Nacho" Giménez.
Tenía muchas ganas de efectuar la cobertura del evento y así lo hice, junto con Ricardo Fioravanti y Juan Pablo Rosselló, compañeros del Círculo y de la revista Esto es El Ascenso. Para hacerlo, era fundamental conseguir el apoyo de la dirigencia de Primera C, encabezada por el presidente de Flandria, Héctor Cava. Dado que nos conocían por estar presentes en las reuniones de la divisional en AFA, no resultó difícil que nos concedieran el permiso de viajar con la delegación, en un micro que salía desde Retiro.
Fueron seis los participantes, distribuidos en dos grupos: Paraguay, Bolivia y Brasil (Zona A); y Argentina, Uruguay y Chile (Zona B). La Selección, en la sede de Encarnación, venció a Chile (1-0) y empató con Uruguay (1-1), lo que le permitió acceder a la semifinal, donde, en la misma ciudad, empató con Bolivia 1 a 1 y lo venció desde el punto penal, con gran actuación de Giménez, que atajó tres disparos.
La final se jugó en Ciudad del Este, ante Paraguay, la selección más poderosa, que venía de eliminar a Uruguay (3-2) en la otra semifinal. El partido se jugó a estadio lleno, con clima hostil y el arbitraje del paraguayo Juan Francisco Escobar, sin dudas, una seria anomalía de la organización. En esas condiciones adversas la Argentina realizó una digna labor pero no consiguió evitar la derrota por 3 a 1.
La experiencia fue inolvidable desde el punto de vista personal. Convivimos con el equipo, compartiendo hoteles y traslados. Primero nos hospedamos en Ciudad del Este y después en Posadas, la capital de Misiones, separada de Encarnación por el puente internacional. San Roque González de Santa Cruz.
Al staff de nuestra revista el dinero no le sobraba. Todo lo contrario, pronto nos quedamos escasos de divisas y debimos recurrir nuevamente a la ayuda de la dirigencia, que nos alojó sin cargo por unos días. Por otra parte, apelamos a un recurso no planificado, pero que nos vino muy bien: la venta de fotos, que tomaba y revelaba Ricardo Fioravanti, para luego entregar -a un precio más barato que los fotógrafos locales- a jugadores, dirigentes, etc.
Como premio por el subcampeonato, la AFA costeó pasajes en avión a la vuelta. El viaje se hizo desde Posadas. Una vez más fuimos gentilmente invitados a regresar con ellos hasta Aeroparque, al igual que otros tres periodistas que se movían con la delegación, Daniel Mames, de El Ascenso por Tres, Radio Colonia, Carlos Carreño, del diario Crónica, y Miguel Loizaga, de El Heraldo del Oeste.
La final con Paraguay se jugó el 15 de febrero. Cuatro días después, el sábado 19, Excursionistas derrotaba al CADU 3 a 2 en Zárate, en el primer cotejo post-receso. Cuatro de los cinco jugadores afectados a la Selección estuvieron presentes en este esperado compromiso, pues Defensores Unidos había ganado el Apertura y el Verde tenía chapa de candidato para el Clausura. El local alistó a Mangiantini -autor de un gol de penal- y Consiglio, que marcó el otro gol zarateño. En Excursio, faltó Sáenz y jugaron Gorsd -hizo un golazo de tiro libre- y Giménez. También yo estuve presente en Zárate, aquella tarde veraniega.
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