domingo, 15 de enero de 2023

EL HIJO DEL VECINO Y...


EL CIELO

Durante un cumpleaños familiar, a la hora del brindis, el hijo del vecino (*), levantó la copa y, acordándose de un pariente fallecido, dijo en voz alta: “Para él, que nos mira desde el cielo”. Paradójicamente, el hijo del vecino afirmaba no creer en Dios.
¿Cuántas veces hemos oído la frase “besos al cielo”? La suele pronunciar gente que recuerda a un ser querido que ha muerto. ¿Cuántas veces escuchamos a alguien decir que tal persona está en el cielo? ¿Cuántas veces, alguien dice que es allí donde irá al dejar este mundo? Lo curioso, es que en ciertas oportunidades, la misma gente declara no ser creyente: afirman que no creen ni en Dios ni en una Biblia cuyos escritos han sido inspirados por Dios... Sin embargo, el “Cielo” es un concepto que, precisamente, sale de la Biblia. 
Algunas personas que se refieren al “Cielo”, dicen no tener fe y otros hasta la menosprecian. Sin embargo, ¿qué dato científico tenemos de que el Cielo, como hogar de los que ya no están en la tierra, efectivamente existe? Ninguno. Para hablar del Cielo en los términos descritos líneas arriba, una persona deberá apelar a la fe. Es decir que, sin darse cuenta, estará utilizando una cuota de la misma fe que asegura no tener. Esto confirma lo que dicen las Escrituras: a todos nos ha sido dada una dosis de fe por nuestro Creador. Luego, como consecuencia del rumbo que cada uno toma, puede pasar que esa fe quede tan relegada, que ni siquiera nos demos cuenta de que continúa allí, como a la espera de ser rescatada del olvido… Pero basta un simple episodio como este, para comprobar que, más allá del trato que cada uno le da a Dios, la fe siempre está disponible en nuestros corazones.

Dice la Biblia: 
Porque en virtud de la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de vosotros que no piense más alto de sí que lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno. Romanos 12:3, LBLA.

EL NIÑO CAPRICHOSO

El hijo del vecino (*) tiene un pequeño niño caprichoso. Si va demasiado lejos, él lo detiene con esta frase: “Por más que quieras hacer lo que se te da la gana, en esta casa mandan papá y mamá, que son los que saben”.
Vivimos en el Universo de Dios y por lo tanto Él puso las reglas. Además de haber diseñado este mundo y de habernos creado, dictó leyes cuyo cumplimiento son para nuestro beneficio. Si en nuestra rebeldía las ignoramos y lo rechazamos a Él, sería ilógico que nos abra la puerta de Su morada celestial cuando dejemos este mundo. Más ilógico todavía, suena que intentemos meternos por nuestros propios méritos, sólo porque pensamos que en la vida fuimos “buenas personas”. La vara de medir de Dios no es la del ser humano. Y, lamentablemente para algunos, los que decidimos quién entra, no somos nosotros. Tal vez nunca matamos ni robamos. Quizás le dimos dinero a quién no tenía comida. Pero eso no basta. ¿Quién no mintió, no engañó? ¿Quién no envidió ni codició? ¿Quién no peleó por dinero? ¿Quién ama al prójimo como a sí mismo? ¿Quién pone a Dios por sobre todas las cosas? Está claro que nadie puede cumplir con estas altísimas exigencias, acordes a la santidad que reina en Su eterna morada.
Dios lo sabe. Aunque somos pecadores, nos ama. Pero no acepta el pecado y en Su perfecta justicia, jamás declararía inocente al culpable. Nuestras almas, frente a este principio, no podrían evitar la condena. Sin embargo, Él lo solucionó. ¿Cómo? Haciendo que Su Hijo pagara la pena que merecemos nosotros. Por la humanidad, Yeshúa (Jesús) sufrió el castigo en un madero. Murió para salvarnos y luego resucitó. Lo hizo con el fin de pagar deudas que nos corresponden a nosotros. Este, es el regalo que Dios quiere entregarnos y que así nuestras almas descansen en paz eternamente. Ahora, la decisión es de cada uno. Hay dos opciones. ¿Qué hacemos con ese regalo? El que lo acepte gozará del amor, el perdón y grandes bendiciones provenientes de nuestro Creador. El que lo rechace, también quedará para siempre lejos del Cielo.

Dice la Biblia: 
El Señor su Dios es compasivo y misericordioso. Si ustedes se vuelven a él, jamás los abandonará. 2 Crónicas 30:9b.

(*) Acá o en cualquier rincón del mundo… El “hijo del vecino” podrías ser vos, yo, o cualquier hijo de vecino.

sábado, 14 de enero de 2023

CRACKS ALBIVERDES: "VILLAGRITA", UN PUNTERO FORMIDABLE


Jorge Gilberto Villagra nació el 29 de diciembre de 1955 en Florida, Buenos Aires. Excursionistas fue su primer club. Hizo su estreno en la primera división a los 18 años, el 23 de noviembre de 1974, día en que el Verde derrotó al CADU 4 a 3 en Pampa y Miñones. El técnico Eduardo Urbano lo puso desde el arranque como wing derecho, posición que lo identificaría a lo largo de su extensa carrera. Esa temporada intervino en sólo dos partidos pero en 1975, comenzó a jugar muy seguido, afianzándose como titular y alcanzando las 111 presencias hasta 1978, año en el cual emigró a Atlanta, que militaba en Primera A. En su campaña albiverde –que transcurrió en Primera C en su totalidad- convirtió 33 goles. 

No llegó a culminar aquel torneo de 1978, porque su pase fue adquirido por Atlanta y para los Bohemios  debutó en el Nacional ‘78. El entrenador del plantel era Rodolfo Bettinotti, un símbolo “bohemio” que también había vestido la casaca verdiblanca en 1966 y 1967. Tras algunos partidos como suplente y otros ingresando desde el banco, en su estreno como titular le hizo un gol a Quilmes, en un cotejo en el que su equipo goleó 4-2 de visitante. Quilmes, venía de consagrarse campeón del Metropolitano. Villagra marcó el primer tanto del partido, lo que podría tomarse como un preanuncio de una campaña muy fructífera con esa camiseta, donde entre 1978 y 1985, jugó 208 partidos y señaló 46 goles. Con Atlanta bajó a Primera B en 1979, volvió a subir en 1983 y finalmente descendió en 1984.  En 1986 jugó en San Miguel (B Metropolitana); luego en Chaco For Ever (Nacional B) y Villa Dálmine (B Metropolitana), siendo la de 1987/88 su última temporada.

Foto: Villagra en acción en el 3 a 0 a J. J. Urquiza de 1976. Ese día hizo dos goles (Revista Nuestro Ascenso/museoexcursio.webnode.com.ar).


Ya apareció, también en formato papel:
“Excursionistas y yo” (1982-2020). 280 páginas.

Podés comprarlo en estos lugares:

CLUB A. EXCURSIONISTAS. Secretaría. La Pampa 1376. 

EL SHOPPING DEL FÚTBOL. Mendoza 2525 (Belgrano).

Consultas y envíos a domicilio. 15 3474 0469 ///15 2480 7379

ENTRETIEMPOS. Salta 1108 (Constitución). www.entretiempos.com.ar

LIBRERÍA EL MANA: Crámer 918 (Colegiales)

R&R LIBROS. Freire 1536 (Colegiales).

O pedíselo a su autor al 1144174181


sábado, 7 de enero de 2023

JUGADORES Y TÉCNICOS "ALBIVERDES": RUBÉN OMAR NARIO

 

Como futbolista, integró una de las más renombradas  delanteras albiverdes de todos los tiempos: aquella de 1967, que alistaba a Gilardenghi, Nario, Alvez de Souza, Bachini y Obdulio López.

CRACKS ALBIVERDES: EL “MONO” PILLA, UN DEFENSOR DE JERARQUÍA

Juan Carlos Pilla nació el 14 de diciembre de 1945, en San Martín, Provincia de Buenos Aires.

Entradas populares