FALTAN POCOS DÍAS PARA QUE QUEDE TERMINADO EL SEGUNDO Y ÚLTIMO TOMO DE "EXCURSIONISTAS Y YO", que también se podrá leer y descargar en forma gratuita. Entretanto, uno por uno, un repaso de los capítulos del Tomo I.
Excursio...
Una prolongada estadía a cargo del plantel superior y las últimas frustraciones, determinaron el alejamiento del Nene Gómez. La dirigencia dispuso un cambio de timón, contratando a Armando Ricardo Della Vecchia, un técnico muy identificado con el ascenso que había obtenido resultados positivos en sus trabajos en clubes, sobre todo, del oeste bonaerense. Junto con el flamante entrenador arribaron unos cuantos conocidos de Della Vecchia en su paso por otras entidades.
Entre los firmantes estaban Abt (arquero de Tristán Suárez), Aragón (Cambaceres), Bolado (Luján), Cabuche (Luján), Cortés (Comunicaciones), Eckerdt (Deportivo Merlo), Adrián García (San Miguel), Horacio González (Armenio), Lamadrid (Dock Sud), Ojeda, Rojas, Roldán y Toledo (Alem), Romero (Colegiales) y la vuelta de Patricio Sayegh, un crack surgido del semillero, que había andado por el fútbol español y que antes de finalizar el torneo volvería a marcharse. Terminaría construyendo una larga carrera en Israel.
Del plantel del campeonato pasado quedaron pocos integrantes, el caso de Carrasco, Caimi, Machín, Ronci, Acosta, Marechal y Sáenz, quienes con la llegada de los refuerzos, tampoco tuvieron la continuidad de temporadas anteriores.
Luego de un comienzo errático, el Verde se recuperó y consiguió hilvanar una serie de cinco victorias en fila, pero cuando recibió a Ituzaingó -uno de los grandes protagonistas del torneo- en la undécima fecha, con la excelente chance de encaramarse en lo alto, los dirigidos por -el ex Excursio- Edgardo Marchetti y Juan Carlos Orsi, se llevaron un triunfo por 2 a 1 del Bajo, con dos goles de Franzoni. El golpe fue muy duro: por el resto del certamen el equipo no pudo levantar cabeza y pelear bien arriba. Una aceptable campaña sí le permitió ingresar al octogonal .
Allí, otra vez con Guillermo Tuya en la dirección técnica, el Verde superó a Alem en la primera fase. Los dos partidos se jugaron en All Boys y tras dos empates al cabo de 180 minutos, Excursionistas marcó dos goles en el alargue y clasificó para enfrentar a Sarmiento. En la primera semifinal cayó por 3 a 1 en Rivadavia de Junín, por lo que su pasaje a la final tuvo sabor a hazaña.Nuevamente en All Boys, una celebradísima goleada por 4 a 1 lo catapultó a la final, donde debió verse con un Ituzaingó que había perdido con Argentino de Quilmes el desempate por el ascenso directo a la B.
Un cerrado 0 a 0 en All Boys en la ida, llevó al oeste del conurbano la definición por el segundo ascenso. En Morón, Ituzaingó pegó primero. Luego aumentó. Cerca del epílogo descontó el Pupi González pero no alcanzó. El Verde volvió a quedarse con las ganas.
Y yo...
La cantidad de partidos que vi de Excursionistas en este temporada no llegó a diez. Las frustraciones de los campeonatos precedentes ejercieron una fuerte influencia. Mi sentimiento por los colores estaba intacto, pero tantas finales perdidas en los últimos años, no resultaron fáciles de digerir. Lo que sí hacía muchos domingos, era aprovechar mi condición de socio de Argentinos Júniors para seguir viendo fútbol de Primera si al Bicho le tocaba ser local.
En mi lista de partidos está, por citar uno muy conocido, el empate en dos goles con Racing, que desembocó en una impresionante serie de 44 penales, en el contexto de una novedad reglamentaria (sólo puesta en práctica para 1988/89 en la A) que decía que ante a una igualdad, el ganador en ejecuciones desde el punto penal sumaba una unidad extra. Argentinos ganó 20-19 esa tarde, que ya se había hecho noche cuando pararon de patear.
Fuera de lo estríctamente futbolístico, estar ajeno a lo que sucedía a nivel nacional no era empresa sencilla. En los primeros meses de 1989, una tremenda hiperinflación sacudía al país, convirtiéndose en uno de los problemas más graves que los argentinos debimos soportar desde el retorno a la democracia. La crisis me encontró cursando el quinto y último año del colegio secundario, mientras mi papá continuaba, como desde 1985, trabajando a bordo de su taxi.
El gobierno de Raúl Alfonsín no sobrevivió a la delicada situación y convocó a elecciones anticipadas, que se celebraron el 14 de mayo. Ese domingo cayó en el medio de ambos encuentros con Sarmiento, por las semifinales del octogonal. El 20 de mayo, ya con Carlos Menem como presidente electo, se disputó el primer partido con Ituzaingó. Tengo el nítido recuerdo de estar sentado junto a mi tío en la popular inferior de la cancha de All Boys, y escuchar el risueño comentario que un hincha le hacía a su compañero de tribuna. Le dijo algo así como esto: «Que me importan los precios, yo lo único que quiero es que suba Excursionistas».
Un dato de color
Dificultoso sería rememorar esta temporada obviando el 2-8 que Excursionistas sufrió en la última fecha ante Argentino de Quilmes. Esa goleada marcó el alejamiento de Della Vecchia y de jugadores como el arquero Abt, Ojeda y Adrián García, justo antes del octogonal, para el cual el equipo ya estaba clasificado. El Mate se aseguró así el primer puesto en la tabla, pero como en el reglamento no tenía injerencia la diferencia de gol, tuvo que desempatar para definir el primer ascenso. Días más tarde, Argentino de Quilmes, donde actuaban los ex albiverdes Seria, Claudio Gómez, Milano y Oriente, vencía a Ituzaingó y subía a la B.
En cuanto a la goleada de 8 a 2, fue la segunda en orden de importancia en toda la existencia de Excursio. El récord lo padeció el 22 de septiembre de 1929, cuando en un partido por la máxima categoría del fútbol argentino -todavía desarrollándose bajo en amateurismo- Independiente lo derrotó 10 a 2 en Avellaneda. Después, hasta este 22 de abril de 1989 en la barranca quilmeña, nunca más había recibido (ni lo volvió a hacer), más de siete goles en contra, un hecho que ocurrió cinco veces en su historial.
Y una anécdota personal
El 17 de septiembre de 1988 Miguel Ronci debutó en el torneo. ¿Cómo es esto? Sí, el jugador-símbolo albiverde había sido desplazado de su puesto por Oscar Ojeda, una de las incorporaciones solicitadas por Della Vecchia. Debieron transcurrir diez fechas para que el temperamental zaguero volviera al primer equipo. No lo hizo en condiciones normales, sino que fue al banco, ingresando en el transcurso de la segunda etapa ¡para jugar como delantero de punta! Excursio perdía 1 a 0 con el equipo al que quería alcanzar en lo alto de la tabla. Pero lo más «absurdo» se dio unos minutos después, cuando el mismísimo Ronci, de arremetida, consiguió el empate para el Verde.
Ese sábado me quedó profundamente grabado en la mente, por la hazaña de Ronci, y por el sabor amargo que significó que cerca del final, Franzoni -que también había hecho el primer gol y que a lo largo de su carrera ya nos tenía «de hijo»- desnivelera para Ituzaingó, llevando la cuenta al 2-1 que ya no se movería.
Años después, gracias al periodismo, tuve la oportunidad de hablar con ambos sobre sus respectivas carreras. En un reportaje que le hice a para el libro «Excursio, una historia de amor y aguante», Miguel declaró, con la memoria puesta en Della Vecchia y en aquella tarde: «Faltando poco, perdíamos 1 a 0 y me dijo: ‘Ronci, ¿se anima a jugar de nueve?’. Le respondí: ‘Yo por Excursio juego de lo que sea’. Y entré».
El libro también contiene una breve opinión de Franzoni, delantero que usando diferentes camisetas (Español, Talleres, el CADU e Ituzaingó) le marcó nada menos que diez goles a los arqueros albiverdes. El Pato confesó que le hubiera encantado jugar en Excursionistas.
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