jueves, 14 de enero de 2021

EXCURSIONISTAS 2010/2011


 
Este es sólo uno de los 40 capítulos de "Excursionistas y yo". El libro completo podés leerlo y descargarlo gratuitamente con sólo clickear sobre la tapa, arriba y a la derecha de este blog. Foto: excursiocasacas.blogspot.com.

 Excursio...

La caída en el desempate ante Barracas repercutió fuertemente. El plantel 2009/2010 se desmanteló y Sergio Rondina prosiguió su carrera en la B Metro, dirigiendo a Flandria. Más allá de los jugadores del club, sólo quedaron Aguilar, Baigorria, Barrera y Paccor.
Omar Santorelli fue escogido como nuevo entrenador y llegaron estos refuerzos: Allende (Villa Mitre de Bahía Blanca), Sergio Álvarez (Estudiantes), Martín Aragón (Flandria), Bogado (Laferrere), Gerardo Castro (Tigre), Coudrón (Defensores de Belgrano), Ferragut (Italiano), Diego Figueroa (Def. Unidos), Hollembach (Sp. Barracas), Kapuntensky (Argentino de Rosario), Daniel Montenegro (Talleres), Rotondo (San Carlos), el arquero Malnero (All Boys) y la vuelta de Gerling (Español).
En el transcurso de la temporada se alejaron, entre otros, Bogado, Montenegro y García Olmos -cedido a préstamo a Flandria para el Clausura- , llegando otra cara nueva: Mauro Rocha (Chacarita).
Santorelli apenas dirigió sólo ocho fechas. Habiendo obtenido 12 puntos en ese lapso y luego de un triunfo ante Fénix, se desvinculó por divergencias con la CD. Tras un interinato de un partido de Ricardo Vilas Boas se produjo el regreso de Gustavo Cisneros, DT del período 2003/2005.  A lo largo de prácticamente todo el torneo Excursionistas se mantuvo en la lucha por ingresar al reducido. Tuvo una mala racha cerca del final -perdió cinco partidos consecutivos- pero el puntaje le bastó para terminar en el séptimo lugar de los ocho clasificados que escoltaron a Lamadrid, el campeón.
El Verde superó la primera ronda, dejando en el camino a Talleres, pero en las semifinales, sucumbió ante Argentino de Merlo, que a su vez, cayó con Central Córdoba en la final. El cruce por la Promoción volvió a prevalecer el representante de la B Metro, en este caso, Los Andes, que conservó su categoría postergando a los rosarinos.
En el plano institucional, en diciembre de 2010, hubo cambio de autoridades. Ángel Lozano y Gustavo Antelo, encabezando una nueva lista dirigencial, se convirtieron en presidente y vice respectivamente, en reemplazo de la CD que presidía Armando Mainoli desde 2002.

Y yo...

Allá por agosto o septiembre de 2010, con Romina nos enterábamos de que seríamos padres por segunda ocasión. Si la primera vez, por carecer de toda experiencia en la paternidad, había tomado la noticia con una comprensible cuota de inseguridad, ahora, la alegría ahuyentaba las señales de preocupación.
Gracias a Ari, ya contábamos con una destreza importante a la hora de encarar los desafíos que proponía el embarazo y posterior la presencia de un bebé en casa. Como pareja, habíamos superado obstáculos de varias clases, y a mi entender, estábamos maduros como para recibir a un segundo hijo. Aparte, la diferencia de edad entre el nuevo integrante de la familia y su hermana mayor, sería de unos tres años y medio, una medida, según yo entendía, bastante aceptable para que dos hermanos se criaran juntos.    
Poco después supimos que sería una nena. Al formularme la misma pregunta que la primera vez (¿hubiera preferido un varón?) la respuesta volvió a ser idéntica: lo único que quería, era que tanto para el bebé como para su mamá, todo estuviera en orden.
El embarazo fue tranquilo y el martes 17 de mayo a la tarde, nació Sabrina. En esta oportunidad, el nacimiento fue en una clínica de la zona de Once. Con Romina llegamos en taxi, cerca del mediodía. Se dio todo tal como estaba programado, a excepción de que minutos antes del parto por cesárea, me avisaron que yo estaría presente. No me esperaba semejante noticia. Por ser algo impresionable, pensé en no aceptar. Pero creo que la doctora ya lo había decidido: no tuve chance de contradecirla.
En la sala, me dijeron que me pare detrás de Romina -ella estaba acostada-, mirando hacia sus pies, mientras las profesionales se colocaron a unos centímetros de la camilla, listas para hacer su trabajo.   
Fueron minutos de intensa adrenalina. Así como en el parto de Ari, con mucha fuerza, aquí tampoco dejaba de pedirle a Dios que saliera todo bien. Una parte importante del panorama había quedado oculto de mi vista por una especie de sábana. Por unos segundos, nada pude ver. Hasta que de pronto, comprobé que la partera tenía entre sus mano una pequeñísima criatura de pelo renegrido y con sumo cuidado la llevó hacia un lavatorio que había a un par de metros de distancia. Era Sabri, en sus primeros segundos fuera de la panza de su mamá...Al igual que Romina, gozaba de excelente salud. Todo fue felicidad ese día. Madre e hija quedaron internadas una noche, acompañadas por Dora, la abuela materna. Al atardecer yo regresé a casa en colectivo. Cuando éste iba por la Avenida Córdoba, informé del nacimiento a través del facebook. Fue muy lindo ver cómo iban acumulándose los saludos y las felicitaciones.
Esa noche dormimos con Ari, en casa, creo que por primera vez, nosotros dos solos. A priori no era tarea sencilla explicarle a una nena de tres años, que acababa de nacer su hermana y que su mamá se quedaría con ella a dormir en otro lugar. Sin embargo, no hubo ninguna dificultad. A la mañana siguiente, fuimos los dos, y también mi papá, rumbo a la clínica.
Por la tarde les dieron el alta. Antes, colgué una camiseta de Excursionistas de la cunita y sacamos fotos en familia. Yo llevaba un buzo blanco, con el escudo del CAE. Años atrás se lo había comprado al "Pincha" Santiago Andrieu -que mandó a confeccionar esas prendas-, por 25 pesos.
Esa misma tarde, en el Bajo Belgrano, con goles de Allende, Gerling y Figueroa, el equipo de Cisneros conseguía una victoria por 3 a 1 ante Talleres, por el partido de ida de los cuartos del final del reducido.

Un dato de color

Alejandro Baigorria tuvo una Impresionante trayectoria en el fútbol. Esta fue la segunda y última de sus dos temporadas en Excursionistas. Llegó al club a punto de cumplir 36 años, luego de haber jugado en todas las categorías del fútbol argentino e incluso en el exterior. Su campaña arrancó en la D en Juventud Unida, club con el que subió a la C en 1992/93. En 1994/95 jugó en J. J. Urquiza, también en Primera C. En 1995/96 pasó a San Miguel (B Metro), volviendo a J. J. Urquiza (Primera C) en 1996/97.
En 1997/98 actuó en Tigre, con el que ascendió de la B Metro al Nacional. Siguió otra temporada en Victoria y luego, también en el Nacional, hizo dos años más con la camiseta de Quilmes.
En 2001/02 viajó a Portugal, donde se alistó en el Chaves. En 2002/03 jugó medio semestre para Quilmes y medio para Los Andes, ambos en el Nacional. En 2003/04 pasó a Almagro -misma divisional- y con el Tricolor, subió a la A. En 2004/05 jugó por primera y única vez en la máxima categoría.
A continuación militó en cuatro equipos en dos temporadas: César Vallejo (Perú), San Martín de Mendoza, Huracán de Tres Arroyos (ambos del Nacional) y Tristán Suárez (B Metro). En 2007/08 pasó a Colegiales (B Metro) para regresar a J. J. Urquiza (Primera C) en 2008/09.
Después, dos años en Excursionistas (totalizó 73 partidos y 6 goles) y todavía, con casi 40 años, le quedó hilo en el carretel, ya que se retiró en MIdland (Primera C) en 2011/12.
En 2013/2014 volvería al CAE, pero ya como entrenador, en dupla con Luciano Castillo, quien fuera su compañero en Pampa y Miñones.

Y una anécdota personal

Un sólo partido vi esta temporada. O, mejor dicho, medio partido. Fue el 19 de febrero de 2011, por la 25ª fecha del campeonato. Excursionistas recibió a Talleres y lo venció por 4 a 3. Al igual que contra Luján, en septiembre de 2009, fui con Ariana a Pampa y Miñones. Romina, embarazada de seis meses, nos esperó en casa.
Con Ari repetimos la rutina de su debut: colectivo hasta la zona de La Pampa y Luis María Campos, caminata hasta la entrada de José Hernández e ingreso a la cancha, para observar los segundos 45 minutos. En la alto de la tribuna lateral, el reencuentro con Edy y… a disfrutar. En realidad, como señalé líneas arriba, el disfrute de un partido ya no era el mismo de antaño, sino que pasaba por el hecho de estar ahí, en Excursionistas, sentado junto a mi hija y mi primo. Ocupado en mostrarle y explicarle a Ari las cosas del partido y entorno, tratando de que no se aburriera ni se golpeara, ya no podía prestarle atención al espectáculo, como tantas tardes. Pero no me molestaba. Todo lo contrario. Claramente, era otra etapa de mi vida. De hecho, no conocía la cara de los jugadores ni sabía siquiera, quiénes estaban representando al Verde ese día, más allá de los viejos conocidos como el Pato Roldán, que jugó de entrada, y el Polaco Della Marchesina, que ingresó por Aguilar al promediar el segundo tiempo.  También, conocía a Baigorria, por su larga trayectoria en el ascenso. Edy, que ya tenía unos cuantos partidos en el lomo esta temporada, me iba poniendo al tanto de quiénes eran los futbolistas locales.
El trámite estaba 1 a 1 al cabo del primer tiempo (gol de Allende). Apenas arrancó el segundo, hubo tres goles seguidos del equipo de Cisneros. Dos penales convertidos por Figueroa, y Álvarez, le daban al Verde la victoria parcial, por 4 a 1. Sobre la hora y en el descuento, hubo dos gritos seguidos de los dirigidos por D'Angelo. Enseguida, el árbitro Ariel Peniel pitó el final.  
Muy contentos, volvimos a casa. Para Excursionistas, ése sería el primer eslabón de una cadena de cinco fechas sin derrotas, aunque después, padecería una racha de cinco traspiés consecutivos. De todos modos logró ingresar al reducido, donde en la primera fase, volvió a toparse con la entidad de Remedios de Escalada, a la que eliminó, pasando a las semifinales. En esa instancia, su marcha fue frenada por Argentino de Merlo. 

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