Este es sólo uno de los 40 capítulos de "Excursionistas y yo". El libro completo podés leerlo y descargarlo gratuitamente con sólo clickear sobre la tapa, arriba y a la derecha de este blog.
Excursio...
Una rotunda renovación de plantel y cuerpo técnico encaró la dirigencia luego del pobre papel que Excursionistas tuvo en 1995/96. Con excepción de los juveniles y de Martín Scacchi, que quedaron, muchos jugadores hicieron las valijas y fueron reemplazados por este numeroso grupo de refuerzos: Abbona (Estación Quequén, de Necochea); Gustavo López, Abeledo y Brotto (Barracas Central; Colantone (ex Talleres de Córdoba); Pablo Fernández (Almagro); Frágola y Mántaras (Platense); Diego Germán Gómez (ex San Miguel); Pais (Lamadrid); Pesl, Ramos, Sotelo y el arquero Berscé (Riestra); Quaglia (Berazategui); Riganti (Defensores de Belgrano); y Weimbinder (Colegiales). Además volvieron al club Patricio Roldán -tuvo un fugaz paso por Defensores- e Ivel Mazza, que no había jugado el torneo anterior.
Respaldado por estas incorporaciones de buen nivel para la categoría, el Verde se armaba nuevamente como para ser candidato al ascenso. Para la función técnica, la Comisión contrató a Juan Carlos Piris, que sólo estaría en el banco durante cinco partidos. Un arranque por debajo de las expectativas -un triunfo, una derrota y tres empates- provocó su alejamiento luego de un 1-1 con Cañuelas en Pampa y Miñones y el arribo de Luis Pérez Medone, quien tampoco llegó a terminar el campeonato general. El Apertura lo ganó Berazategui, sumando 38 puntos. El Verde, se ubicó en el sexto lugar, con 24.
Pérez Medone dio un paso al costado, luego de disputarse cinco partidos del Clausura. En su último encuentro, el equipo igualó 0 a 0 de local, con Liniers. La conducción fue tomada entonces por Daniel Messina, que habiendo sido jugador de Excursio la temporada anterior (y un posterior paso por Argentino de Merlo) regresaba al Bajo Belgrano para hacer su primera experiencia como entrenador.
El Tano logró enderezar el rumbo (ganó siete, empató uno y perdió tres partidos), llevando a Excursionistas hacia el otogonal. En el Clausura terminó en el séptimo puesto, con 26 puntos, 12 menos que Brown, el líder, mientras en la tabla general, finalizó en la quinta posición.
Ya en el torneo reducido, pasó con éxito las dos primeras fases. Mediante dos empates con Luján, sorteó los cuartos de final por su mejor posición en la tabla. Ante Flandria, venció 1 a 0 en Jáuregui y goleó 5 a 1 en la cancha de Atlanta. En el mismo estadio y frente a Lamadrid, ejerció la localía en la final de ida. Pero una derrota por 1 a 0, complicó el ascenso cuando el camino parecía más llano. Siete días más tarde volvieron a medirse en All Boys, con el equipo de Messina obligado a dar vuelta el panorama adverso. El resultado, no obstante, fue idéntico al del primer partido y Lamadrid clasificó para disputar el cotejo definitorio ante Brown, que esperaba al ganador del octogonal, tras haber caído con Berazategui en la final por el campeonato.
En esta instancia, los de Adrogué vencieron a los de Devoto y subieron a Primera B.
Y yo...
Mi maratónica travesía por las canchas de Capital y el conurbano casi no sufrió variaciones en 1996/97. Fueron apenas algunos partidos menos que en 1995/96, pero igual, el número era elevado: 69 contra 75 de la temporada precedente.En noviembre del ‘96, al ver doce partidos, si no batí mi récord mensual, estuve muy cerca. Entre el sábado 16 y el martes 19, por ejemplo, no dejé de ir a la cancha ni un solo día. Aquí, el detalle cronológico.
16-11: Dep. Merlo 1-Excursionistas 3 (en Argentino de Merlo).
17-11: Argentinos 1-Quilmes 0 (en Dep. Español).
18-11: Temperley 0-Los Andes 2 (desde la platea fui testigo del saludo entre dos ex albiverdes, Szeszurak, que había jugado en la tercera visitante, y Gorsd, que ingresaba al campo con la primera local).
19-11: Excursionistas 1-Ituzaingó 1.
En un par de ocasiones, vi dos partidos en la misma jornada. Ambas, en octubre. El sábado 5, asistí a Excursio 1-Cañuelas 1 y luego a Argentinos 2-Chacarita 0, en Ferro (debí salir del Bajo hacia Caballito cuando el partido todavía no había terminado y me perdí el gol del empate de Abbona para el Verde).
Una semana después hice otro doblete: San Telmo 1-Dock Sud 1, en Racing, y All Boys 1-Atlanta 3, en Ferro.
Este mismo mes (octubre) mi vida, aún sin yo ser conciente de ello, comenzaría a cambiar para siempre. Un viernes por la noche, como tantas otras veces, fui con Mariano Vitale a Sunset, en Olivos. Mariano, que vivía en esta localidad del norte bonaerense, me esperaba en la parada del 168 de Avenida del Libertador, para ingresar juntos a la discoteca. Aquella jornada, conocí a Romina. Yo había tenido algunas relaciones esporádicas, pero ella fue mi primera novia. Con el tiempo, se convertiría también en la madre de mis hijas, en mi esposa y en el gran amor de mi vida.
Un dato de color
El miércoles 18 de diciembre de 1996, Excursionistas vencía a Argentino de Merlo por 2 a 1 en el Bajo Belgrano, con goles de Rodrigo Masses Giménez y Claudio Apolonio.
El dato de color no tiene que ver con la conformación del equipo de Excursionistas, sino la del elenco adversario, que presentó unos cuantos protagonistas que habían estado vinculados anteriormente al club.
Por empezar, los del Oeste eran conducidos tácticamente por Jorge Troncoso, aquel ex defensor de Vélez y de la Selección, que fuera zaguero central del Verde en 1980 y 1981, dejando un buen recuerdo en sus dos años en la institución. Además, Argentino alistó a cuatro futbolistas cuyas actuaciones en Excursio todavía estaba muy frescas.
-Carlos Machín: 255 partidos entre 1984 y 1999 (con un paréntesis entre 1992 y 1998).
-Gabriel Carballo: 70 partidos y 6 goles entre 1992 y 1996.
-Oscar Vitale (entró en el segundo tiempo): 142 partidos y 28 goles entre 1992 y 1999 (con un paréntesis en este 1996/97).
-Daniel Messina (entró en el segundo tiempo por Carballo): 24 partidos en 1995/96.
Para el Tano Messina, éste sería el final de una extensa carrera como jugador. Menos de tres meses más tarde, en marzo de 1997, iniciaba su camino como técnico, reemplazando a Pérez Medone en Excursionistas.
Y una anécdota personal
Con mi primo Rodolfo vivimos muchas cosas juntos a lo largo de nuestra vida. Rolfi, que nació un año después que yo, solía venir a mi casa y yo a la suya, durante la niñez. No sólo nos visitábamos en nuestro hogares. También compartíamos salidas, vacaciones, y éramos socios de los mismos clubes a los que, en diferentes épocas, íbamos en familia los fines de semana.
Durante la adolescencia empezamos a perder contacto porque las amistades y los caminos de uno y otro comenzaron a bifurcarse. A los veintipico de años, un período de reencuentro restauró aquella linda amistad y volvimos a compartir numerosas vivencias.
El placer por el deporte era algo que teníamos en común, aunque desde perspectivas distintas. Él se divertía jugando a la pelota, sin estar pendiente de los resultados de los partidos de AFA y, mucho menos, de los números. Yo era todo lo contrario. En la infancia me gustaba participar del juego. A partir de la adolescencia, ese apasionamiento se trasladó a las estadísticas y luego, se asoció con el interés hacia el periodismo.
En noviembre del ‘96 fuimos dos veces juntos a la cancha. Él sabía que yo veía fútbol frecuentemente, y quiso acompañarme. El sábado 23, asistimos a Victoriano Arenas-Sacachispas (Primera D), en Valentín Alsina. Viajamos en dos colectivos. Primero el 42, hasta Nueva Pompeya. Desde allí tomamos una línea que probablemente haya sido la 178. Bajamos y, atravesando fábricas abandonadas, descampados y adentrándonos en la pequeña península rodeada por el Riachuelo, arribamos al estadio.
Ganó el local 1 a 0 y a la vuelta, realizamos el mismo trayecto, pero a la inversa.
Una semana más tarde fue el turno de Berazategui-Excursionistas. Esta vez, fuimos con la delegación albiverde. En aquella época, era normal que los periodistas que cubrían el ascenso viajaran en el micro de los jugadores, gracias al favor de los dirigentes y/o cuerpos técnicos. Con el debido permiso de las autoridades del club, no sólo yo, sino también mi primo, pudimos cumplir cómodamente el largo trayecto hacia el sur bonaerense.
Berazategui acababa de consagrarse campeón del Apertura, y a cancha llena, dio la vuelta olímpica ante su gente, previamente al inicio del partido. Nosotros nos ubicamos en la platea. Luego, con arbitraje de Héctor Baldassi, el cotejo finalizó empatado en dos. Los goles del equipo de Pérez Medone los marcaron Brotto, de penal -después expulsado- y Quaglia. En el regreso, el micro nos dejó nuevamente en el Bajo Belgrano.
Separadas por siete días de diferencia, fueron dos lindas experiencias futboleras junto a Rolfi, con quién nos unían los lazos sanguíneos y, a la vez, una sólida amistad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario