viernes, 11 de diciembre de 2020

UNA ANÉCDOTA CON CARLÍN CALVO


 Este es sólo uno de los 40 capítulos de "Excursionistas y yo".  El libro completo podés leerlo y descargarlo gratuitamente con sólo clickear sobre la tapa, arriba y a la derecha de este blog.   

 Dentro del conjunto de publicidades que conseguí para la realización del libro (*), había, sobre todo, comercios del barrio y negocios de los simpatizantes que solían respaldar económicamente a la institución. Además, coloqué una propaganda distinta, con este texto: "El elenco de RR.DT a nuestro querido Club Atlético Excursionistas". No había hablado con nadie relacionado al programa, pero pensé que al tener el libro publicado, habría posibilidades de que algún directivo de Polka -la empresa que producía la novela- considerara mi solicitud de apoyo publicitario. No existía ninguna seguridad de ello, pero tampoco tenía mucho para perder.
Procuré poner en marcha mi plan una vez que el libro vio la luz. En definitiva, no apunté a la búsqueda de ninguna autoridad de la productora. Deduje que lo mejor sería ser pragmático e ir por alguien al que pudiera encontrar fácilmente en el club. Y mi objetivo fue el propio Carlín Calvo.
Corría marzo o abril del '98. En la entrada posterior de la sede estaba instalado el set de filmación. No había demasiada gente ni estaban grabando en el momento en el cual me apersoné en el sitio. Pregunté por Carlín. Me informaron que estaba adentro del camión de exteriores, estacionado en la calle José Hernández.
Era hora de actuar. A paso inseguro, subí unas pequeñas escaleras y me preparé para ingresar, sin saber con qué podía encontrarme. La puerta estaba abierta. Al penetrar en el recinto, efectivamente, vi al renombrado actor que, en una mesa, repasaba letra con la actriz  Andrea Campbell. Creo que los dos se sorprendieron al verme. Antes de que pudiera reaccionar, puse el libro delante de Carlín y rápidamente le expliqué lo de la publicidad. Me dijo que debía hablar con las autoridades de la productora.
No recuerdo qué le respondí. Pero le di a entender que el precio de la propaganda no era muy alto. El aviso costaba 20 pesos. En aquella época, un atado de cigarrillos valía 1,50, un poco más que una lata de gaseosa o un paquete de chicles. Un  sueldo mínimo, rondaba los 600 pesos/dólares.
Carlín, sin dudar, metió la mano en el bolsillo, extrajo un billete de 20 pesos, me lo entregó y yo le obsequié el libro. Nunca dejó de ser amable pero entendí que deseaba terminar rápido con el trámite para seguir con sus cosas. 
No me había resultado fácil cumplir con la meta trazada, ya sea en lo general, con la publicación del libro y sus temas derivados, como en lo particular, con la tarea de encarar a Calvo y cobrar la propaganda. La timidez que solía acompañarme, a veces se transformaba en un estorbo incómodo, aunque nunca me resigné a que tomara la dimensión de un obstáculo tal, que me impidiera desarrollar mis proyectos. Además, como virtud, a mi timidez, se contraponía una perseverancia que rara vez flaqueaba. 
Por eso, cuando salí del trailler de RR.DT con la misión cumplida, me invadió una sensación de felicidad comparable a la que experimenté cuando tuve éste, mi primer libro, entre mis manos.

(*) El actor Carlos Andrés Calvo falleció este viernes 11 de diciembre. El libro se llamaba "Excursio Una Historia de Amor y Aguante" y apareció en 1998.

 

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