Este es sólo uno de los 40 capítulos de "Excursionistas y yo". El libro completo podés leerlo y descargarlo gratuitamente con sólo clickear sobre la tapa, arriba y a la derecha de este blog. Foto: Excursionistas.org.
Excursio...
La AFA introdujo una nueva modificación reglamentaria. Así como el del segundo semestre de 2014 había sido un torneo de transición, también lo fue el de 2016, pero en el primer semestre. Y luego de una temporada (2015) donde se jugó a la usanza del antiguo campeonato-calendario, el propósito de los dirigentes fue el de volver a estilo europeo a partir de 2016/2017, para lo cual este certamen se configuró para que fuera de sólo una rueda compuesta por 19 fechas. Habría un único ascenso, consagrado por sumatoria de puntos en la tabla general, y descendería el último de la tabla de los promedios.
Excursionistas confirmó a Szeszurak en la conducción y fichó a los siguientes jugadores: Albornoz (Barracas C.), Branda (J. J. Urquiza), Caputo, Vera, Ruiz y González King (Riestra), Da Luz (A. de Quilmes), Ferreira (Camioneros de Luján), Gallardo (Estudiantes de San Luis), Rubén Gómez (San Martín), Leguiza (Armenio), Ramiro Montenegro (Unión de General Rojo -Provincia de Buenos Aires-), y los arqueros Arias Navarro (Fénix), Yovino (San Telmo) y López Ponzio (Pilar Obrero de Pilar).
Más allá de los jugadores del club, Orsi, Carella, Vivanco y Yanzi, fueron los únicos "sobrevivientes" de un plantel muy renovado, que comenzó su camino con resultados que, ciertamente, no lo hacían candidato al título. En los primeros 12 partidos sacó 20 puntos. Una ubicación próxima a la mitad de la tabla, escondía lo que estaba a punto de producirse. El equipo comenzó a ganar un partido tras otro. Primero fue Laferrere (4-2 en el Bajo), un serio candidato al título. Luego, los dirigidos por el Búfalo siguieron apilando rivales: Sp. Barracas (2-1 en cancha de Italiano), Cambaceres (3-1 de local), San Miguel (1-0 en Los Polvorines), Argentino de Quilmes (3-2 en Pampa y Miñones)... La estampida albiverde lo llevó al umbral del ascenso. Sólo quedaban dos partidos y Excursionistas conservaba sus chances intactas, aunque todavía tenía a Italiano, un punto por delante y una riesgosa visita a Rosario en la anteúltima fecha. A todo esto, Leonardo "Cachete" Ruiz se convertía en el jugador más mimado del público, gracias a una colosal serie de actuaciones coronadas con goles. Ya llevaba 16 en lo que iba del campeonato (17 fechas), con una tripleta lograda en el heroico 3-2 ante el Mate quilmeño, cuando el Verde perdía 2 a 1 y lo ganó sobre el final, bajo la lluvia.
Pero si este triunfo fue heroico, ¿cómo podría catalogarse el 2 a 1 del martes 7 de junio ante Central Córdoba? Para no abusar palabrerío que poco aportaría, alcanza con sintetizarlo de este modo:
-23': expulsado García (E).
-30': Gol de Central Córdoba. Cuffaro Russo: 0-1.
-56': Gol de Excursionistas. Vivanco: 1-1.
-62': Gol de Excursionistas. Carella: 2-1.
-80': expulsado Nadalín (E).
-83': Yovino le atajó un penal a De León (CC).
-88': expulsado Leguiza (E).
Excursionistas lo ganó con tres jugadores menos y un penal atajado por su arquero suplente, por ausencia de Arias Navarro. Por si esto fuera poco, Liniers -equipo que descendió al cabo de este torneo-, le empataba a Italiano sobre el final y el team del Búfalo quedaba como único líder. ¿Qué más se podía pedir?
Quedaba un escalón. Había que vencer a Sacachispas por la última fecha, en condición de local, y Excursionistas así lo hizo. El defensor Montenegro puso el 1 a 0 a los 20' del ST y el marcador ya no se movió, aunque el gentío albiverde, volvió a sufrir, cuando faltando pocos minutos Ayala, de cabeza, batió a Arias Navarro. Hubiera sido el 1-1. Encima, Italiano estaba ganando (de hecho, ganó), lo que hubiese significado un empate en el primer puesto. Pero por la bandera levantada del árbitro asistente, el tanto no fue convalidado. El reloj corrió unos minutos más, el árbitro Rey Hilfer pitó el final y ¡Excursionistas era el nuevo campeón de la Primera C!
Y yo...
El sábado 7 de mayo de 2016 por la tarde, Excursionistas vencía a Sportivo Barracas 2 a 1 en el estadio de Italiano. Cuatro días después de la goleada a Laferrere, era el segundo partido de la serie triunfal que depositaría al Verde en Primera B. En el anochecer de ese mismo día, en la Feria del Libro, junto con Federico Topet y René Houseman presentábamos "Yo soy el Loco", en el stand de Librofutbol.
El mismo libro, aunque con algunas variaciones, lo habíamos publicado en 2008 bajo el título "Corazón Villero". Fue presentado en la sede de Huracán, el 1º de septiembre de aquel 2008. Años después, se efectuaba la reedición, por iniciativa de esta editorial que además distribuyó ejemplares en más cantidad de librerías, llegando hasta el gran megaevento que periódicamente se lleva a cabo en La Rural. Por supuesto, y como era lógico, ante la multitud que hubo ese sábado en el predio ferial, el que acaparó la casi totalidad de los saludos, las fotos y las firmas de ejemplares fue el Loco, el máximo protagonista de la obra literaria. En principio, los tres permanecimos en el espacio de Librofutbol. Minutos más tarde, nos dirigimos hacia el stand de Huracán, donde la presencia de René tuvo una gran repercusión.
No sería la única presentación de "Yo soy el Loco". El 19 de julio, el día de su cumpleaños número 53, el gimnasio de Excursionistas se convirtió en escenario de una nueva reunión. Ya con el ascenso a la B consumado y la familia albiverde como invitada casi exclusiva, Houseman sopló la velita de una torta decorada con una pelota de fútbol hecha para la ocasión, y respondió las preguntas de Leo Gentili, que condujo la velada. Entre otros asistentes, en el evento estuvo el Búfalo Szeszurak, técnico de la espectacular campaña coronada con el ascenso.
Un dato de color
-28 jugadores utilizó Excursionistas. De los 19 partidos del torneo Ruiz y Yanzi, fueron los de más presencias, con 17, seguidos por Albornoz, Arias Navarro y Caputo, con 16. ¿Los que menos jugaron? Alegre y el arquero de la hazaña, Yovino: un partido. Dos jugadores integraron el banco de suplentes pero no ingresaron: Sisco y Bordagaray.
-Ruiz, con 16 gritos, fue el máximo goleador, escoltado por Montenegro, con 5. Carella, Leguiza, Vera y Vivanco, hicieron tres. Farías, Gómez y Yanzi, uno.
-Leguiza, con dos rojas, fue el más expulsado. Albornoz, Arias Navarro, Horacio García, Rubén Gómez, Nadalín, Roldán y Vivanco, tuvieron una expulsión cada uno.
-Además del penal atajado por Yovino ante Central Córdoba, Arias Navarro contuvo otro, ante el CADU. Excursionistas ganó ese partido 4 a 3.
-En cuanto a penales propios, el Verde tuvo tres a su favor. El primero lo malogró Vivanco (1-0 a Dep. Merlo); el segundo lo convirtió el mismo jugador (3-3 con San Martín) y el tercero lo metió Ruiz (3-2 a Argentino de Quilmes).
-En relación a entrenadores propios (pero en esta temporada de la vereda de enfrente), Walter Cataldo, ex DT de Excursionistas, dirigió a Luján y empataron 2 a 2. Hubo otros dos que serían albiverdes más adelante: Guillermo De Lucca estuvo al frente de Italiano (salieron 1 a 1) y Gabriel Manzini, de Argentino de Quilmes (3-2 para el Verde).
-Hubo dos jugadores del plantel que actuaron en Primera A: Rubén Gabriel Gómez (Nueva Chicago, 2004) y Omar Gallardo (San Lorenzo -1999/2000-, Almagro -2001/2002 y 2004/2005).
Y una anécdota personal
"¡Otra vez no! Siempre lo mismo con Excursionistas…", pensé. Desconsolado, dejé la radio apagada, oculté el twitter en una ventana de la compu y me concentré en seguir trabajando en otro sector de la PC. Excursio perdía 1 a 0 con Central Córdoba, con un jugador menos y Cachete Ruiz, afuera por lesión. Italiano ganaba 1 a 0 y pasaba al frente de la tabla. La tarde de martes pintaba muy mal. Cuando más cerca que nunca estaba, el ascenso se escapaba una vez más.
De pronto, a mi memoria vino un hecho concreto. Recordé un episodio del año 2002 o 2003: algunos allegados al club habían convocado a una mujer para que hiciera trabajos de sanación en nuestra cancha. El largo tiempo que el Verde ya acumulaba sin alegrías, motivó a esos hinchas a alentar esa suerte de brujería para erradicar el presunto mal que afectaba a Pampa y Miñones. Desde mi posición de director de la revista "Soy de Excursio" no sólo no repudié la iniciativa, sino que hasta le hice una nota a la señora que alejaría los supuestos espíritus negativos que tenía el club. Aquella temporada culminó y Excursio, no ascendió. Tampoco peleó arriba y terminó por aquellos tiempos, luchando para no descender a Primera "D".
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En enero de 2012, acepté a Yeshúa (Jesús, en su idioma original, el hebreo) como salvador. Inconvenientes personales me impulsaron a buscar su ayuda. Soy judío por herencia, aunque la religión no me interesaba y desconocía casi por completo los conceptos básicos del cristianismo. Sin embargo, el día que imploré por Su ayuda, instantáneamente Dios me demostró que allí estaba, y en ese mismo momento encontré una paz sobrenatural, considerando el sufrimiento que mi atribulada mente atravesaba minutos antes. A partir de aquel día comencé a leer una Biblia que me había regalado mi tía Inés y que por más de diez años, durmió en el cajón de mi mesita de luz.
Con el correr de los años, descubrí que se puede tener una relación con Dios sin que haga falta tener una religión. Y entendí que El no sólo propone ayudarnos mientras vivimos en este mundo. Además, y lo que es más importante, encontré respuestas a los grandes interrogantes del ser humano: ¿Qué somos, de dónde venimos, adónde vamos después de morir? La lectura de la Biblia, la oración y el hecho de comenzar a congregarme -algo totalmente impensado en mi vida anterior- pasó a ser parte de mis días. En abril de este año, me bauticé en la Iglesia El Buen Pastor, de Federico Lacroze y Zapiola, congregación a la que había empezado a ir al día siguiente de aquel encuentro con Yeshúa, el Mesías.
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Segundos después de que viniera a mi cabeza el recuerdo del episodio de la mujer sanadora, recordé un pasaje de la Biblia (Deuteronomio 18; 10-12).
10. No sea hallado en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni hechicería, o sea agorero, o hechicero,
11. o encantador, o médium, o espiritista, ni quien consulte a los muertos.
12. Porque cualquiera que hace estas cosas es abominable al SEÑOR; y por causa de estas abominaciones el SEÑOR tu Dios expulsará a esas naciones de delante de ti.
El versículo es claro: por ser afines al paganismo, Dios rechaza este tipo de prácticas, algo que incluso, ignoran muchos que dicen ser cristianos.
De inmediato, arrepentido, me encontré bajando la cabeza en dirección al teclado y cerrando los ojos, oré. Fue, en síntesis, algo así: "Señor, te pido que me perdones por no haber rechazado aquellas prácticas y si me lo permitís, me atrevo a pedirte pedón en nombre de toda la gente de Excursionistas. Sé que en la vida hay cosas muchísimo más importantes y nunca tendría la intención anteponer el fútbol a ellas. Pero si está en tu voluntad, te pido que aceptes estás disculpas y que a nuestro club le vaya bien…En el nombre de Jesús, amén".
Momentos más tarde, posé la mirada en la ventana del twitter y viendo que en la cuenta de @ExcursiOficial había dos nuevos mensajes, con cierta expectativa, hice click encima. Grande fue mi asombro al comprobar que los dos tweets correspondían a ¡dos goles de Excursionistas! Aún en inferioridad numérica habíamos logrado dar vuelta el partido. Yo no sabía si reír, llorar, si agradecerle a Dios o si perdirle nuevamente perdón… Emocionado, procuré seguir trabajando en la PC mientras ahora sí, más pendiente que nunca de @ExcusioOficial estaba… Claro, todavía faltaban 20 minutos y la ansiedad iba en aumento. Eran minutos que no pasaban nunca. Cerca del final, otro tweet me sacudió: penal para Central Córdoba. "Y sí, somos Excursionistas…", reflexioné amargamente. Los pensamientos negativos vinieron a mi cabeza. Pero una vez más oré: "Señor, si es tu voluntad que a nuestro club le vaya bien, por favor hacelo…". Pedí perdón por no haber tenido fe, por no haber confiado en que Dios puede materializar cualquier milagro. Y cuando volví a clickear decía: ¡Atajó Yovino!
Totalmente shockeado, tuve que interrumpir el seguimiento en el momento culminante: había que salir a la calle porque el micro escolar traía a mis hijas del colegio. Al volver, temblorosamente revisé el twitter y Excursio, con ocho hombres contra once, y sin su mejor jugador, había ganado en Rosario. Encima, Liniers le había empatado sobre el final a Italiano y quedábamos como únicos punteros. ¿Qué más se podía pedir? Con sólo ganar el próximo partido, éramos campeones y volvíamos a la B Metro después de 21 años. ¿Si todo esto no era obra de Dios, qué era?
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En la previa al partido con Sacachispas tenía una calma desacostumbrada para este tipo de finales. Ingresé a la cancha a los pocos minutos de juego. Me ubiqué en la platea. En el segundo tiempo me paré junto a mi tío Andrés y mi primo Eduardo, que tenían un nerviosismo elocuente. Si bien yo había llegado con la tranquilidad de saber que seríamos los campeones, íntimamente la situación fue variando. Nos abrazamos en el gol de Montenegro, pero tras el gol de Italiano ante Barracas, confieso que el temor creció dentro de mí: un gol de Sacachispas no nos permitiría festejar. Por supuesto, estaba en un estado de oración permanente. El miedo que sentía no me gustaba. ¿Y si hoy no ganamos?, pensé. Nuevamente, con culpa, pedí perdón por mi falta de fe. Con las sensaciones que tuve en esos instantes, hubiera podido escribir varias páginas de un libro.
A los 40, gol de Sacachispas. Ayala. 1 a 1. Cuando vi que la pelota tocaba la red, hechos similares a éste, pero ocurridos en años anteriores, pasaron por mi cabeza en milésimas de segundo. Decenas de frustraciones me atravesaban el corazón con enorme desolación mientras observaba a ese puñado de hinchas de Saca celebrar en la tribuna de enfrente, en contraposición a ese silencio tan temido en el resto del estadio. Un silencio desgarrador que el pueblo albiverde conocía tan bien. Siempre en esa pequeñísima fracción de tiempo, reflexioné: "Si ésta es tu voluntad, Dios, que así sea…"
De pronto, un griterío me hizo estremecer. ¡Lo anuló por orsay! La radio, hablaba de que estaban en la misma línea. Nuevamente, como en el penal atajado por Yovino, no sabía si reír o llorar; si pedir perdón o agradecerle a El lo que estaba sucediendo a las 17.15 de aquél inolvidable 11 de junio de 2016. E hice todo eso, simultáneamente. Después, sólo fue cuestión de aguardar la pitada final. Los cinco minutos de descuento acarrearon otra dosis de incertidumbre. Pero luego de lo que acaba de acontecer en estos cuatro días, ¿qué más podía pasarnos? No, ya estaba… Nadie podría quitarle a Excursionistas su título de campeón. ¿Quién levantó la bandera del juez asistente? ¿Quién había permitido que Yovino adivinara la punta del ejecutor de Central Córdoba? ¿Quién había llevado a Liniers -el último de la tabla- a empatarle al puntero sobre el epílogo del partido?
¿Todo fue pura coincidencia? Para algunos, quizás sí. Yo, en cambio, elegí creer.
Enseguida, el árbitro pitó el final y se desató la fiesta. Excusionistas era campeón.
Un sustento bíblico: Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. Juan 14:14.
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