viernes, 20 de enero de 2023

PERMÍTANME ESTA REFLEXIÓN

 CONVERSACIONES DE CHICOS

El hijo del vecino (*) se sentó en el colectivo y escuchó el dialogo que, muy cerca, mantenían dos adolescentes. Él dijo que tenía 16 años y aunque ella no lo mencionó, también andaría por esa edad. Al hijo del vecino le llamó la atención la conversación, que giraba en torno a las drogas que consumían. Con total normalidad hacían hincapié en esto, como si el tema hubiera sido las materias del colegio o el cumpleaños de un amigo. Él hablaba de fumar y tomar substancias, con la naturalidad con la que se habla de consumir un sándwich y una gaseosa. Ella se lamentaba, también, por haber gastado mucho dinero en una salida nocturna. 

El colectivo circulaba por un barrio acomodado de la ciudad y los jóvenes no parecían marginales ni mucho menos. Es que el descontrol no pasa por una cuestión de edad ni de nivel socioeconómico. Hoy en día, cualquiera se puede transformar en la próxima víctima de un sistema que no discrimina a nadie. Es probable que estos adolescentes –así como tantos jóvenes o adultos-, se creyeran “vivos” o transgresores al experimentar con lo prohibido (cada vez menos prohibido, en realidad) y lo perjudicial para su salud. Pero en esa búsqueda de placer a cualquier costo, a esta altura ya no hay transgresión sino obediencia a una industria multimillonaria que se vale de la dependencia de los consumidores para seguir recaudando dinero en toneladas. 

Los chicos del colectivo no son un caso aislado sino una muestra en pequeña escala de la sociedad actual. Entrometerse en el mundo del alcohol y las drogas no es un divertimento inofensivo, como el sistema quiere hacernos creer… Estos dos “amigos fieles”, son capaces de provocar la ruina del individuo, la del núcleo familiar y la de una sociedad entera.

Dice la Biblia: 

Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman. Santiago 1:12.

(*) El hijo del vecino podrías ser vos o yo. O cualquier hijo de vecino.




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