Saber que puede haber incomprensión y rechazo
Hay mucha gente que se pregunta
por qué los creyentes le dedican tiempo a leer la Biblia, a reunirse o hacer
actividades en su congregación. Si la explicación que reciben es “para estudiar
y difundir la obra de Dios”, es probable que las críticas, las burlas o la
falta de compresión sean tanto o más fuertes todavía. Los críticos quizás no
entiendan que los creyentes tienen una importante misión, que es la de llevar
el mensaje de Dios hacia otras personas, bajo el siguiente concepto: si
nosotros fuimos bendecidos, nuestro deber es que a través de nuestra labor, esa
bendición también llegue a mayor cantidad de gente.
Así como el Señor da la vida y otorga
la salvación a los que creen en Yeshúa (Jesús) y su obra redentora, quienes por
gracia recibimos ese inmerecido beneficio, no debemos quedarnos cómodamente de
brazos cruzados, y en cambio, colaborar para que a más y más personas, el
mensaje de amor y salvación también los alcance.
Las prioridades de quienes
habitan la sociedad de hoy en día, generalmente no pasan por tratar de hacerle
un bien al prójimo. Más bien, giran en función del individualismo, del afán por
hacer dinero o de la búsqueda de la diversión. Por eso, cuando alguien no se
mueve alrededor de estos polos de atracción, suele generar incomprensión o
rechazo. Sin embargo, elegir este camino incomprendido, no es capricho, no es
invento, no es fanatismo, solo es cumplir con la misión que el Señor les da a
sus hijos, y que claramente, figura en el manual de instrucciones que nos ha
proporcionado, y que por fe, aceptamos como Su Palabra.
Un sustento bíblico:
Y haré de ti una nación grande, y
te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Génesis 12:2.
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