PERMÍTANME ESTA REFLEXIÓN

RESPUESTAS A NUMEROSAS PREGUNTAS

Los que por fe sabemos que la Biblia es la Palabra de Dios, podemos hallar en sus páginas respuestas a numerosas preguntas. Que Dios es el fundador del universo y de todo lo que hay en él. Que el hombre es Su criatura y la ama, pero a la vez le da libre albedrío y en general, la humanidad elige ignorarlo. Que el pecado (reflejado en la mentira, la codicia, el individualismo, y por sobre todo, el hecho de vivir como si Él no existiera) impide que tengamos un lugar en el Cielo una vez que partamos de este mundo, pues el infierno es el sitio al cual deben ir los que rechazan su Justicia…

Sin embargo, Dios solucionó la grave situación, enviando a la tierra a Yeshúa (Jesús), el Mesías, su Hijo –que nunca pecó-, para que con su muerte pagara el precio que debía pagar la humanidad, y con su resurrección venciera al pecado que gobierna la tierra. Por más que nuestra maldad no merecía este favor, Dios igual lo hizo, lo que nos permite vislumbrar un futuro a Su lado en un lugar completamente diferente a este mundo degradado por la injusticia. El que se desentienda de este favor y sin darse por aludido, siga por el camino por el que iba, lamentablemente también tendrá que pagar las consecuencias de caer en un triste y oscuro lugar por toda la eternidad. Esto, es lo que indican las Escrituras. Después, uno puede elegir interesarse o no; creer (o al menos intentarlo) o ser indiferente; ir en busca del amor y la salvación que provee Dios, o considerar que no le hace falta. Pero algún día, cuando partamos, todos tendremos que presentarnos ante el Eterno, que juzgará de acuerdo al camino que elegimos mientras en base a Su amor y misericordia, nos dio esa chance. Él nos tiene paciencia, nos espera, y hoy estamos a tiempo de elegirlo. Mañana, quizás sea demasiado tarde.

Un sustento bíblico:

Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad. 1 Juan 1:9.