viernes, 23 de mayo de 2025

PERMÍTANME ESTA REFLEXIÓN

AMIGOS SON LOS AMIGOS

El hijo del vecino (*) cursaba la escuela primaria y tenía un mejor amigo, de esos que parecen inseparables. Después del colegio iba a merendar a su casa y viceversa. También, solía invitarlo a quedarse a dormir. Así ocurrió por varios años… Hasta que el chico se cambió de colegio, conoció otra gente y ya en la preadolescencia, dejó de darle bolilla. En la era de la tecnología, el hecho de verse menos seguido no era una excusa válida para dejar de hablar. Pero sin ningún conflicto de por medio, el vínculo se deshizo. El hijo del vecino se sintió triste y defraudado por la inesperada actitud de aquel “mejor amigo”.  

A lo largo de la vida cosechamos amigos de todo tipo. Hay amistades que se destacan por ser muy fuertes. Pero suele ocurrir, que de pronto, una relación que parecía muy sólida, se rompe. En estas fracturas se mezclan unos cuantos sentimientos: sorpresa, desilusión, dolor, angustia. Es que el ser humano es inestable y dentro de su inestabilidad, también aparece la amistad. Esa inestabilidad emocional está fundamentada en elementos como el orgullo, la soberbia, el egoísmo... De acuerdo a la perspectiva de Dios, estas cuestiones reciben el nombre de pecado. Un pecado que genera que se separen amigos, así como además logra destruir matrimonios, familias y sociedades enteras. Un mundo caótico como éste, por ende, no es casualidad, sino la consecuencia de esos elementos dañinos que habitan en el corazón del ser humano. 

Hay amigos y parientes que podrían decepcionarnos. Al mismo tiempo, existe Alguien que también quiere ser nuestro amigo pero que nunca nos defraudará. Yeshúa (Jesús) prometió estar con nosotros hasta el fin de nuestros días en la tierra y luego por toda la eternidad. Él es el único que jamás pecó. De modo que si algo ha prometido, también lo cumplirá. La muestra más clara de Su fidelidad y del amor que nos tiene, es que aceptó entregarse a la muerte para salvarnos de la condenación. No lo ignoremos. Aceptemos este regalo y sepamos que podemos confiar en Él, incluso más, que en los mejores amigos que tenemos aquí en la tierra.

Un sustento bíblico:

Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos. Juan 15:13.

(*)El “hijo de vecino” podrías ser vos, yo, o cualquier hijo de vecino.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario

PERMÍTANME ESTA REFLEXIÓN

LA CAÍDA DEL AVIÓN

Entradas populares