EL DESCANSO QUE NECESITAMOS
Muchas veces, a lo
mejor sin darnos cuenta, nos empeñamos en querer controlar todo. Pensamos que
si no pasa todo por nosotros, los problemas no se solucionan. Esto nos cansa,
nos estresa, y a menudo sucede que aún habiéndonos esforzado mucho, seguimos
metidos en un callejón sin salida. Pero hay cosas que escapan a nuestro alcance
y contra las que la limitada fuerza que tenemos, no puede luchar. A veces, ni
siquiera nosotros mismos somos capaces de entender lo que ocurre, ni a nuestro
alrededor, ni en el interior de nuestra mente. El Señor, en cambio, sí lo sabe.
Él ve todo lo que pasa y conoce a cada persona que nos rodea. Por eso, nos
invita a confiar más en Su poder. A descansar en Él. A dejar en Sus manos los
asuntos que a nosotros nos cuesta resolver. Dios nos ama y desea ayudarnos,
como ese padre que anhela socorrer a su pequeño hijo cuando este tropieza.
Por eso, busquemos Su
presencia en oración. Pidámosle ayuda en todo momento. Y no nos desesperemos si
el auxilio no llega en el instante que pretendemos. Porque Él, mejor que nadie,
sabe cuándo debe darnos la respuesta que necesitamos.
Un sustento bíblico:
En paz me acuesto y me
duermo, porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado. Salmo 4:8.
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