miércoles, 26 de agosto de 2020

PERMÍTANME ESTE CONSEJITO

Darnos cuenta de que está acá mismo.

Hace un tiempo, un actor que atravesó un mal momento de salud, era entrevistado en TV. Contaba que, estando internado, un día a las 7 AM miró por la ventana y en la calle, vio a un hombre que alimentaba a las palomas.


Lamentándose por su situación, el actor pensó: “Yo quiero ser ése hombre”. En definitiva, su salud mejoró y dio este testimonio en el reportaje.
Mientras no estemos atravesando un trance delicado, es muy difícil que nos detengamos a valorar las cosas simples de la vida. Pero basta que el panorama se oscurezca, para que enseguida ansiemos volver a disfrutar de aquellas cosas que teníamos y que, paradójicamente, casi nunca –o nunca- disfrutamos.
Lo que le sucedió al personaje mediático, podría trasladarse a cada uno de nosotros. En teoría, parecemos tener esto muy claro. Pero, ¿por qué en la práctica nos cuesta tanto? Será, quizás, porque siempre estamos luchando por conseguir un objetivo que parece lejano, sin entender que las cosas más lindas de la vida son gratis y están más próximas de lo que creemos. El abrazo de un padre, la sonrisa de un hijo, el beso de una pareja, el amor de un ser querido, mirar al cielo respirar, aire fresco  ¿Suena a cursilería? Tal vez sí. Sin embargo, cuando por algún motivo vemos peligrar estas pequeñas-grandes cosas, seguramente nos demos cuenta de que las teníamos muy cerca y no las valoramos, así como el actor, quería salir de su internación para hacer una acción tan sencilla como ir a darle de comer a las palomas.
Pienso que sería un buen ejercicio, cuando estamos en casa, trabajando, en familia, caminando por la calle, o en cualquier circunstancia común y corriente, detenernos un segundo, reflexionar y decir para nuestros adentros: “Yo quiero ser éste, el que está acá, ahora”. Lo más hermoso, es que lo estaremos logrando. La meta ya no estará cerca ni lejos, sino aquí mismo.

Un sustento bíblico:
"Aparentemente tristes, pero siempre alegres; pobres en apariencia, pero enriqueciendo a muchos; como si no tuviéramos nada, pero poseyéndolo todo". (2 Corintios 6:14).

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