viernes, 12 de enero de 2024

PERMÍTANME ESTA REFLEXIÓN

 SOBERBIA QUE MATA

Es indudable que la capacidad creativa del hombre lo conduce a superarse constantemente. Su inteligencia le ha permitido ir de un invento a otro. En épocas antiguas y ahora, donde la tecnología, según pareciera, nos da la posibilidad de hacer que nuestra vida sea más fácil y placentera… Sin embargo, a la par de su extraordinario poder para innovar, la especie humana sigue desarrollando defectos graves, como el egoísmo, la codicia y una maldad que frena su mejoría y la convierte en un camino tan repleto de dificultades, que nos acerca a la autodestrucción. Por mayores buenas intenciones y esfuerzos que la humanidad haga, el pecado termina prevaleciendo y complicando todo. Podemos comprobarlo con algunos grandes inventos. El descubrimiento de la energía nuclear, persiguió propósitos de progreso, pero años más tarde, se utilizó para construir la bomba atómica que dejó decenas de miles de muertos durante la Segunda Guerra Mundial. Este, es apenas uno de muchos ejemplos.

Esos defectos (a los que Dios llama pecados) no se extinguen mágicamente. Y acaso el mayor de ellos sea la soberbia. Este pecado impide que el hombre acepte a Dios como el creador del Universo y que, por lo tanto, se allane a vivir bajo las reglas que Él ha establecido para su bienestar. En lugar de esto, el hombre se rebela, entendiendo que no necesita a Dios y que puede salir por sí solo del mar de problemas en el que se sumergió. En muchos casos, son problemas que surgen a partir de haber ignorado Su presencia y, en consecuencia, Sus instrucciones.

Un sustento bíblico: 

Arrepiéntanse y apártense de todas sus maldades, para que el pecado no les acarree la ruina. Ezequiel 18:30b.




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